“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”
- Romanos 3:23 –
Ese todos, te incluye a ti y a mi. Tenemos que reconocer que somos pecadores, y para conocer que es el pecado, primero tenemos que conocer al Dios Santo.
Porque cuando el hombre peca, peca contra el Señor de la Gloria.
Siempre hemos escuchado la frase “Dios aborrece el pecado ya ama al pecador”, pero no hace parte de las escrituras. Fue una frase original de Mathama Gandhi. Dios aborrece el pecado y también aborrece al pecador. Lo que sì es cierto, es que Dios ama al pecador que se arrepiente.
Los insensatos no estarán delante de tus ojos;
Aborreces a todos los que hacen iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira;
Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.
-Salmos 5: 5 y 6 –
El pecado sucede cuando hacemos un acto voluntario nuestro que no es conforme a la voluntad de Dios. El pecado nos hace estar fuera de la ley, y el no poder cumplir la ley hace que estemos bajo maldición (Gàlatas 3:10).
El verdadero pecado es que el hombre no glorifica a Dios sino a si mismo. El hombre no es una victima, es un aborrecedor de Dios.
Somos malos por naturaleza. Isaìas (64:6), lo dijo:”Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.”
Las estrellas no pueden apreciarse al medio día, brillan en medio de la oscuridad de la noche. Así mismo, muchos no pueden ver la gracia de Dios, ni admirar la belleza de Dios, porque no se les enseña a ser conscientes del pecado ens u vida.
Romanos 3:10, dice que no hay justo, ni aun uno.
La vida que tienes, no es debido a las circunstancias que te ha tocado vivir, ni por los problemas de tu niñez, ni por los padres que te tocaron, tu vida es así, porque eres un pecador. Porque hemos creido que el hombre, nosotros, somos la causa de todo, y no es así, es Dios. Dios es el que es digno de toda Gloria.
“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.” (Romanos 1:21-23)
Dios salva al hombre, no por causa del hombre, sino a pesar del hombre para manifestar su Gloria en la tierra.
Cuando una persona cree en Jesucristo, Dios legalmente lo declara justo ante èl. Es una declaración legal de parte de Dios, y a eso se refiere Pablo al decir que somos justificados gratuitamente por su gracia.
Porque si Dios es justo, El no puede perdonarte. Puesto que un juez que perdona a los injustos termina siendo más injustos que ellos.
Por eso Cristo tuvo que morir por nosotros.
Dios no puede ser inconsistente consigo mismo. Tiene que satisfacer su propia justicia. Y esa justicia demanda que mueras por tus pecados. Alguien tiene que morir.
Dios aborrece al pecador. El hombre pecador no puede motivar el amor de Dios. Dios ama porque El es amor, no porque el hombre lo merezca.
Dios en su justicia, en su santidad, mira al hombre pecador, y tiene aborrecimiento, enojo, ira; pero por causa de su naturaleza y para su propia gloria, por la misericordia de Jesús retiene su furia.
Dios actua para salvar al hombre, no por el hombre, sino por causa de su propio carácter.
Algo sucede cuando Cristo está en la cruz. En la cruz, la comunión entre el Padre y el hijo se corta, por cuanto éste es portador del pecado y la maldad de la humanidad, y de esa manera, Dios no lo podia siquiera ver. Jesús portó tu pecado, para pagar por el y salvarte a ti. Alguien tenia que morir en tu lugar.
Todo el aborrecimiento de Dios por nosotros fue dirigido a Cristo.
Mereciamos la eternidad del infierno, pero Cristo pago por nosotros.
Dios derramó su ira sobre su prpio hijo, para salvarte a ti de su ira.
Dios quebrantó a su propio hijo y cuando Jesús murio, El satisfizo para siempre su justicia. Y así, ahora puede justificar al pecador y ser justo.
La cruz justifica al pecador.
La cruz me justifica a mi.
La cruz te justifica a ti.
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